lunes, 7 de marzo de 2011

3-D: BASADO EN HECHOS REALES

4 de Enero de 1984

Son los últimos días de las vacaciones de Navidad,unos niños juegan en el parque.Han hablado largo y tendido de lo que han pedido a los Reyes Magos cuando Manolín saca el otro tema estrella, el otro acontecimiento que también tendrá lugar dentro de dos días.
-¿Teneis ya las gafas para ver la película?- pregunta Manolín a sus amiguitos.Respuesta afirmativa de todos ellos menos de Lolo.



La película
 -Yo no... es que mi madre dice que 125 pesetas es mucho dinero- explica cabizbajo- pero mi padre me va a hacer unas- afirma intentado recuperar la dignidad.
-¡Anda ya!¿y como va a hacerlas?-interroga Manolín incrédulo.
-Pues ha comprado una cartulina grande y dos pliegos de papel celofan. Uno de color rojo y otro de color azul.Y me va a hacer unas como las que salen en la tele.
-Pero eso no va a funcionar,macho, tienen que ser las del kiosco.

Las del kiosco, un artefacto sofisticadísimo.

Lolo,aunque no lo dice, piensa igual que Manolin que tienen que ser las del kiosco, pero solo le queda mantener la esperanza y desear que el invento de su padre funcione.

6 de Enero de 1984

En casa de Lolo, su padre y él se han puesto las gafas de fabricación casera que aun huelen a pegamento expectantes por ver salir cañonazos y flechas desde la pantalla de su televisor. Lo único que ven, sin embargo, es una extraña imagen doble que, unida al olor del pegamento, después de quince minutos les despierta un moderado dolor de cabeza. La madre de Lolo le manda a jugar con los juguetes que le han echado lo Reyes y el accede de buena gana. Si le preguntan mañana los amiguitos dirá que las tres dimensiones se veían estupendamente. Su padre mientras llega a la conclusión de que el invento este no ha funcionado porque la televisión es en blanco y negro.
En casa de Manolin, aunque la television sea de color y las gafas las del kiosco, tampoco hay suerte. El padre de Manolin ajusta el contraste y el brillo del aparato, siguiendo las instrucciones de TVE, pero nada. Decide entonces que están muy cerca de la tele. Se alejan. Nada. Se alejan un poco más. Nada. Se vuelven a acercar. Nada. Finalmente el padre de Manolín y este acuerdan que ya ven las tres dimensiones, aunque no es así. Cuando termina la película el dolor de cabeza es insoportable. Manolin piensa que si mañana le preguntan los amiguitos, dirá que las tres dimensiones se veían estupendamente.

Imagen extraida de un cerebro afectado de  vision 3-D clasica


Basado en hechos reales.

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