HÉROES.

La gente amontonada al lado de la carretera nos saluda al pasar. Circulamos muy despacio para que puedan recrearse en nuestra contemplación .Nosotros, sonrientes, emocionados, incluso asustados por la magnitud del acontecimiento, les devolvemos el saludo. Sus héroes. Lo que ellos nunca podrán ser. Bueno, eso no es del todo cierto, puedo distinguir que entre la multitud  hay alguno de los nuestros, manteniendo el anonimato, esperando su turno.

Delante de mi va un camión de bomberos. Se dice que el tipo que lo conduce consiguió apagar el fuego que consumía un gran edificio del centro de la ciudad sin utilizar una sola gota de agua, lo único que necesitó fue usar su poder de convicción. Después de cinco minutos hablando con  el incendio éste se apagó. No todos somos así, no todas nuestras proezas van dirigidas a salvar vidas, los hay mas frívolos. Por ejemplo, ella. La primera mujer que ganó el rally Paris-Dakar conduciendo un Porche de color rosa. Sin duda, un logro, pero no de los de mi tipo. No quiero darme más importancia de la debida, pero si el mundo es hoy en día tal y como lo conocemos es gracias a mi. Sí, yo viajé a Marte en este mismo módulo espacial evitando  que esos terribles seres nos invadieran. ¿Cómo? Destruyendo Marte. De nada.

Tristemente esto no durará para siempre. La gloria es efímera. El desfile terminará, la música dejará de sonar y la multitud al lado de la carretera se abalanzará sobre nosotros. Nuestros padres o abuelos nos cogerán en brazos para bajarnos de nuestros magníficos vehículos, ya no seremos héroes, ya no habrá cochecitos ni feria  y eso nos hará llorar.