QUERIDO EGGNESTO, EL REGRESO.

A raíz de esta entrada, que por cierto, se esta convirtiendo en un "Great Hit", el gran Egg tuvo la gentileza de escribirme unas palabras de agradecimiento. Pero no sólo eso, además volvió a contarme un sueño que tuvo tiempo ha. En mi modesta opinión, ese sueño debería ser bien de interés para la humanidad. Os lo dejo aquí pegadito:

Querido J:

Muchas gracias por el detalle, es todo un honor que no creo que sepa agradecerte en su justa medida. Experimentaré con el universo y ya te contaré los resultados.

Mira, no sé si alguna vez te conté que una vez, hace miles de millones de años, soñé que yo (yo mismo, te lo juro) era nada más y nada menos que un universo en expansión. Ahí es nada. Y no solo eso, sino que el contenido de ese universo-yo no eran galaxias y estrellas, sino fragmentos de los textos de los filósofos presocráticos, que también eran blancos y brillaban, y que se iban alejando unos de otros conforme ese universo-yo se expandía y evolucionaba.

Juro que lo anterior es rigurosamente cierto y que en aquel tiempo remoto yo ni fumaba ni tomaba ningún tipo de sustancias ilegales. Así que igual tienes razón, y con un juego como el que me recomiendas mi infancia hubiese sido más dichosa...

Grazie!

Después de leer esto, ¿no os sentís como simples e insignificantes motas de polvo?
¡¡ Dios mio!!(y cuando digo ¡¡Dios mio!!, bien pudiera estar refiriéndome a ti, Egg), si existiera el Premio Nobel de los Sueños, debería ser tuyo. Admiración, admiración y envidia...
Un abrazo tío.